El jueves 12 de junio ppdo, se realizó una nueva edición
del taller “El Poder de la Paz ”, proyecto educativo y
cívico destinado a estudiantes de escuelas, colegios y universidades públicas y
privadas, organizado por Mil Milenios de Paz (MMP) con el auspicio del
Instituto Español de BioNeuroEmoción, en el Colegio Nuestra Señora de Fátima,
de Lanús, Provincia de Buenos Aires.
Con el marco de una jornada gris y lluviosa, la directora
del colegio, Sra. Franca Micieli y el cuerpo docente, recibieron con especial calidez
y agradecimiento al equipo de MMP, dispuestos a compartir un taller muy
especial, de introducción a niños de 5º y 6º grado de la Cultura de Paz.
Estuvieron presentes la
Prof. Inés Palomeque, Presidente de MMP, y
las Embajadoras de Paz: Lic. Esther Mónica Shocron y María Marta Hall, Directora de De la Convivencia a la Paz y Jorge Carcavallo, fotógrafo de Cris Posada
& Amigos.
Comprometidos y predispuestos a reflexionar sobre el
tema, todo el primario recibió a los invitados con la interpretación de la
canción: “Somos embajadores de la
Paz ”, compuesta por la profesora de música, Sra. Mirta Susana
Calvo.
En su música y prosa, inspiradas en los valores de MMP,
los chicos mostraron el orgullo que sienten como Embajada de Paz, designación
que recibieran junto con la
Bandera de la
Paz , de manos de MMP y la Fundación PEA el 15 de
Abril de 2013.
Allí se produjo el primer intercambio de saludos y de
ideas, que tuvo su mejor expresión en la voz de uno de los niños más pequeños,
cuando señaló que el corazón siempre nos dice lo que está bien y nos hace
felices.
Luego de esta feliz introducción, los alumnos
especialmente invitados, reunidos en el Salón de Actos, dieron comienzo al
taller teórico-práctico, con la proyección de un power point y los primeros
intercambios de ideas, conducidos por
Inés Palomeque.
El taller se inició con la imagen de la Bandera de la Paz creada por Nicolás
Roerich, pintor y filósofo ruso (1874-1947), líder el movimiento moderno para
la protección de los bienes culturales y promotor del pacto que lleva su nombre
y por el cual la bandera fue aceptada unánimemente por 21 países del continente
americano el 15 de Abril de 1935 en un acto celebrado en la Casa Blanca
estadounidense. Posteriormente, en 1937 el Pacto Roerich fue ratificado por
todos los países que integraban la
Sociedad de las Naciones, precursora de las Naciones Unidas,
incluyendo nuestro país.
La Bandera de la
Paz es un símbolo universal que representa la unidad en la
diversidad para lograr un mundo mejor, auspiciando el respeto a todas las
creencias. Presenta en su centro tres esferas de color magenta, formando un
triángulo con el vértice hacia arriba, rodeadas por un círculo del mismo color
sobre fondo blanco.
Felizmente, la Argentina también ha incorporado a su
legislación, la Ley
26.819 que establece la celebración del Día Internacional de la Paz el 21 de septiembre de
cada año, autorizando a izar la Bandera de la Paz en los edificios públicos
pertenecientes a los tres poderes del Estado nacional, de las provincias y de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, y en los establecimientos escolares públicos y privados de todo el
territorio nacional e invitando a realizar actividades para conmemorar ese
importante día.
La directora del colegio y algunas maestras destacaron,
evocaron con entusiasmo la celebración del Día de la Paz de año anterior, en forma
conjunta, con el Colegio Alemán de esa misma ciudad.
Continuando la jornada, alumnos y docentes compartieron
su reflexión acerca de dos hechos recientes de profunda significación: el
abrazo del Papa Francisco con el rabino A. Skorka y el religioso islámico Omar
Abboud frente al Muro de los Lamentos en Jerusalén y el Encuentro de Oración en
el Vaticano del Papa Francisco con el Presidente de Israel Simón Peres y de su
par palestino Mahmud Abbas.
Seguidamente, los chicos compartieron la proyección del corto
“El Vendedor de Sueños”, interpretado por China Zorrilla y Favio Posca, y a
analizar la importancia de los pequeños gestos en la realización de los grandes
sueños, luego de lo cual intercambiaron algunas experiencias de sus jóvenes
vidas y sus anhelos.
1) Paz con uno mismo
2) Paz con los demás
3) Paz con el planeta
La cultura de la paz, - destacó - consiste en una serie
de valores, actitudes y comportamientos que rechazan la violencia y previenen
los conflictos tratando de buscar sus causas para solucionar los problemas
mediante el diálogo y la negociación entre las personas.
Es una construcción sostenida entre todos los ciudadanos:
docentes, alumnos, profesionales de todas las disciplinas, políticos, artistas,
religiosos, comerciantes, etc. No importa a qué nos dedicamos en nuestra vida,
todos podemos ser constructores de la
Paz , un gran sueño que se hace de pequeños gestos.
Por eso es importante trabajar en los pilares de esta
construcción, entrelazados también con otros tres principios, que remitan
nuevamente a las tres esferas de la
Bandera de la
Paz , y que son fundamento de la coherencia entre el
pensamiento, las palabras y las acciones:
1) Pensamientos positivos - Pienso sí.
2) Palabras armoniosas- Digo sí.
3) Acciones constructivas - Hago sí.
1) Pensamientos
positivos: prestar atención a nuestra mente, nuestras ideas, si son
positivas o negativas, y si a través de ello puedo observar si estoy en paz
conmigo mismo y pienso sí.
2) Palabras
armoniosas: prestar atención a todas las veces que decimos no, que
iniciamos nuestras frases con la palabra “no” (no soy capaz – sí puedo) y
cuidar nuestro lenguaje de palabras hirientes, groseras, que sí tienen efectos
negativos en quien las dice y en quien las recibe.
Se les presentó el Diccionario de la Paz , un blog y libro virtual
con reflexiones y otros contenidos para sanar nuestro lenguaje y construir la
paz desde la palabra.
Digo sí.
3) Acciones
constructivas. Observar nuestras acciones, si son estas congruentes y están en sintonía con nuestros
pensamientos y palabras.
Hago sí.
Como les explicara Mónica Shocron, todos nuestros
pensamientos, palabras y acciones nos atraviesan profundamente y modifican o
afectan todo nuestro cuerpo. De su mano, los chicos realizaron ejercicios
aeróbicos, muy importantes a esa edad y luego de permanecer un tiempo sentados,
friccionaron sus manos para observar el calor que produce la actividad física, cerraron
sus ojos para describir los sonidos que habitualmente no se reconocen,
trabajaron distintas formas de comunicación grupal, poniendo especial atención
a sus cuerpos y también experimentaron la práctica del aquietamiento y la
respiración necesarias para continuar serenos y atentos el taller.
Dialogaron sobre el bullying, los miedos, por ej.
pertenecer o no a determinado grupo, el estrés, la necesidad del contacto
humano, especialmente en el cuidado de las personas mayores, la importancia de
saber escuchar al otro, de decir no a tiempo y de trabajar en la autoestima y
del manejo de las redes sociales en el marco de la Cultura de Paz.
Como cierre del taller, todos los chicos realizaron su
propio “Mandala”, inspirados en la
Bandera de la
Paz y en originales mandalas proyectados, con infinidad de
motivos, formas y colores.
Supieron que se trata de una bella herramienta creativa y
artística que tiene la virtud de tranquilizar y equilibrar la mente, el cuerpo
y el espíritu, que incluso hoy se trabaja en distintos ámbitos de la salud,
especialmente en niños con enfermedades como el cáncer.
Antes de la despedida y conducidos por Mónica, todos los
presentes, alumnos, docentes y el equipo de MMP se unieron en dos Danzas Circulares,
que pusieron música, y armonía en una tarde de mucha lluvia y de mucha Paz.
¡¡¡Misión cumplida!!!